La hormiga Bala se enmarca como otra de esas especies que incorpora un potente veneno que inyecta por medio de sus mandíbulas. Una sustancia hemolítica con propiedades pro coagulantes de la que aún no se conoce la acción neurotóxica que es capaz de conseguir. Lo que está claro es que sus picaduras producen distintos edemas e incluso pueden llegar a generar síntomas como parálisis respiratoria e insensibilidad en el lugar del veneno.